Ciclón Extratropical en el Atlántico

El Atlántico Sur, conocido por su relativa tranquilidad en cuanto a ciclones tropicales, se encuentra actualmente bajo la influencia de un ciclón extratropical, responsable de traer los vientos del sur al Paraguay. En 2004, también en marzo, se formaba también un ciclón en la costa, que luego pasó a ser Huracán categoría 2, que dejó varias victimas mortales y muchos daños en Brasil.

Comparación de ambos fenómenos.

El actual ciclón extratropical se ha formado debido a la interacción de masas de aire con temperaturas muy diferentes. A diferencia de los huracanes, que obtienen su energía del calor del océano, los ciclones extratropicales se alimentan del contraste térmico atmosférico. Este fenómeno es el responsable de traer vientos del sur con un aire fresco para el Paraguay y está generando condiciones climáticas adversas, con vientos que pueden superar los 100 km/h y olas de gran altura mar adentro. Aunque su trayectoria principal se mantiene alejada de la costa, se prevé que sus efectos se sientan en las zonas costeras de Uruguay, Argentina y el sur de Brasil, con posibles lluvias y fuerte oleaje.

Actual ciclón extratropical.

Para comprender la excepcionalidad de eventos ciclónicos en el Atlántico Sur, es imprescindible recordar el Huracán Catarina ocurrido también en marzo pero de 2004. Este ciclón tropical sin precedentes tocó tierra en el sur de Brasil, específicamente en los estados de Santa Catarina y Rio Grande do Sul, con vientos sostenidos de hasta 160 km/h. Catarina causó daños significativos, incluyendo la destrucción de viviendas, infraestructuras y extensas áreas agrícolas. Las pérdidas económicas se estimaron en cientos de millones de dólares, y aunque el número exacto de víctimas mortales es difícil de precisar, se reportaron al menos 5 muertes directas e otros varios indirectas.

Huracán Catarina en 2004 visto desde el espacio.

El ciclón extratropical actual y el histórico Huracán Catarina son recordatorios poderosos de que, aunque infrecuentes, los eventos meteorológicos extremos pueden ocurrir en el Atlántico Sur. La vigilancia continua, la preparación adecuada y la comprensión de estos fenómenos son cruciales para mitigar su impacto y proteger a las comunidades costeras vulnerables.